martes, 19 de febrero de 2008

TIC-TAC

...Miraba fijamente al reloj. El incesante e imparable paso de los segundos me desquiciaba cada vez más.
La aguja continuaba impasible, dando vueltas y vueltas a aquel viejo reloj que otorgaba a la cocina la clásica melodía del "tic-tac".
Solamente él lograba romper aquel profundo silencio que todo lo teñía de tristeza, solo él, firme, sincero e implacable.
Duró apenas dos segundos esa lágrima cristalina en salir, recorrer mi cara y caer sobre la mesa. Parecieron horas.
Un llanto la acompañó, pero éste duró mucho más de dos segundos. El reloj anunció sin sentimientos que eran las dos de la tarde, luego las tres, las cuatro...y yo seguía ahí, sentado y hundido frente a la pared, fría estructura que me mantenía aún en la silla, seguía allí sentado manteniendo una esperanza y esperando.
Esperando ver aparecer, por entre la vieja puerta de madera, ese sentimiento que creía inexistente, cruel y despiadado, y por momentos increíblemente deseado.
Donde estás, felicidad? Susurraban sin cesar mis labios...
Y no aparecía, y el tiempo seguía volando en dirección a ninguna parte.
Y la fría estructura que me sujetaba fué tornándose innecesaria, hasta que mi cabeza cedió....
....
y la tensa espera...

...se terminó.

2 comentarios:

Thais dijo...

El tiempo... para mi, el mayor tesoro que tenemos

Me encanta ese tema!!

counhago dijo...

AAAAA, mira donde andabas tu ocupado, te recuerdo que tambien puedes escribir en http://tmredondela.tk, no hace falta que me dejes a mi todo el peso de la página XD