jueves, 31 de diciembre de 2009

Déjame llevar...


Por el aire arrastro mi consciencia, memorias que el viento sopla y caen en el olvido, ideas que de la mente se desprenden y vuelan fugitivas, intentando encontrar su nido. No ahogaré mis penas para que caigan al vacío, mientras tú juegas fuera, yo derramo tibias gotas que aterrizan en el suelo y no sirven de nada. La locura me viste en los días tristes y me impulsa a huir descalza hacia un mundo lejano que probablemente no exista. Dame alas para entrar en la magia de la noche, en el encanto de la tranquilidad, en el paraíso de la calma. Cúrame con tu medicina, que es el olvido. Invade mi cabeza, acompáñame al vacío, viajemos hasta el horizonte y sigamos perdidos. Quiero que me mires a los ojos, que me engañes y que me lleves contigo. Yo me dejo llevar. Tápame los ojos, quiero sentir el peligro.

martes, 22 de diciembre de 2009

Frío...

Habito como inquilino en cuerpo de nadie, en un alma vacía, en un espíritu sin nombre que derrama una gélida sangre que a sus brazos transporta recuerdos y sentimientos hacia un monstruo que yo mismo he congelado, y al que le tengo especial manía. Duermo a gusto entre bloques fríos, estoy rodeado de paredes huecas, sin aire, sin vida y tintadas por la apatía. La soledad está presente, es mi dulce compañía. Lejos de ruido, aquí me enriquezco, me alimento y crezco odiando cualquier tipo de cariño, detestando cualquier signo de bondad.
Imperioso, paseo y domino un mundo sin dueño, sin control, donde he vencido a la razón.
¡Oh, AMOR!¡Qué poderoso eres! Sí, ese soy yo, "el señor amor".
Aquí, entre flacos muros despliego mi manto de dolor, he aquí mi muestra de poder. Qué rico soy, he conquistado un alma sin ejército, he vencido a la alegría. Soy amo de la naturaleza, el más poderoso, el dueño de la sabiduría, el portador del dolor.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Tributo a uno de mis grandes...

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER: RIMA IV

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.


Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;


mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!


Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;


mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!


Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;


mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!


Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;


mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!

jueves, 10 de diciembre de 2009

Aire pesado

Lágrimas de acero que arrastran las perdidas partículas del tumulto de mi mente, de mis sentimientos. Lágrimas pesadas que contienen la rabia, las ideas, un mundo que se mueve por dentro, que se disfraza de tristeza y ahora trata de vestirse con mis palabras. Ignorantes de sabiduría, escapan de la razón, pero cobran sentido gracias al aire que respiro. Aire negro, aire sucio que recorre mi nariz, mis pulmones, y de ahí, salta a mi cabeza. Se escurre por mi alma, llega a mi corazón y se aisla de la más mínima distracción. Un viento entumecido, que amarga allá por donde pasa y que corre a través mí tal como la sangre se derrama por mis venas.
Tiene la delicada elegancia de pasar a estado líquido, de convertirse en agua, pero no pierde sus atributos, pues sigue siendo agua sucia, entumecida por su nefasta esencia, manchada con un aroma de color negro. Aire encabezonado que por mis entrañas pasas, insistes en compartir tu tinta emborronada, pero al final, trazas un mismo recorrido. Sales por mis ojos y ensucias mi cara.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Esencia adictiva...


Perdí la manera de quererte, me asfixié de tanto esperarte, pero no encuentro la manera de borrarte de mí. Alumbras mis sentidos y entumeces mi cabeza, no pienso, no existo. Eres la dulce esencia que me hace sangrar el dolor, heridas que son la clave de mi sabiduría, la razón de mi frialdad. Enloqueces la esperanza, agonizas mi agonía. Caballo desbocado, corres sin atadura, arrastras voy detrás tuya, cual esclava sometida al castigo de tu severa templanza. No huyas, no vuelvas, haz algo con sentido. No te vayas y no vengas, quédate en el camino. En un lugar donde no te vea, pero que te impida alejarte de mí.