miércoles, 6 de febrero de 2008

¡No te escapes!

Oye, ¡ven aquí! ¡No te escapes! ¡No huyas de mí! ¡No te vayas, por favor!

Así gritaba mi alma, la última vez que soñé. La última vez, que el sueño invadía mi mente. Aquella vez…

Pero no hizo caso, finalmente el sueño escapó de la memoria, no lo puede alcanzar. Ahora cada noche lo espera impaciente su próxima cita, desea volver a verlo. Volverlo a sentir…

…¿Qué fue eso? ¿Por qué he tenido que despertarme? Vuelvo a cerrar los ojos con todas mis fuerzas para verlo de nuevo. Tengo la esperanza de que mi vano recuerdo vuelva a reproducir esa maravillosa imagen. A veces, con los ojos cerrados, se puede ver mejor. Pero no, esta vez no. No lo he conseguido, ha sido inútil el esfuerzo. Me doy la vuelta dentro de la cama, me peleo con las sábanas, que insisten en incomodarme. Finalmente, decido abandonar aquel incómodo, a veces (pero tan anhelado, otras), mueble: la cama. Ya nada me retiene allí.

Pongo los pies en el suelo… Bienvenido a otro día más.

Hoy, tu ausencia estará en mi mente.

1 comentario:

AxeL dijo...

Este me gustó muchísimo cuando lo leí por primera vez.

Espero que sigas escribiendo tan bien siempre... quien sabe si algún día sacas un libro, te haces famosa y rica y me sacas de la pobreza, no? jajajaja


Un besote fea. Te aMo!