viernes, 25 de septiembre de 2009

Ya no existen otoños, inviernos, ni amaneceres. Ni una caricia en tu espalda que me despierte de madrugada, o un suspiro que me haga caer en el sueño.

No consigo dormir, mis ojos aguardan anhelando tu presencia. Soldados en espera, que protegen tu guaridad secreta.
Tu hueco es muy grande, llenas de vacío esta habitación.

Tampoco existen veranos, primaveras ni atardeceres. Las flores se secan, si no las riegas con tu alegría. Tu dulzura da vida y belleza a todo lo que te rodea. La esperanza se muere, si no eres tú quien la alimenta...

Esto no es nostalgia, ni amor. Se llama obsesión.

1 comentario:

Naza dijo...

Muy buen texto- Saludos desde argentina